ORGANIZACIÓN INTELIGENTE.
El ser humano ha sido catalogado como el principal activo de una organización, colaborando con sus esfuerzos y capacidades para alcanzar los objetivos que permiten el desarrollo de una empresa productiva y competitiva. El capital intelectual se convierte en el elemento generador de riquezas y progreso de una organización.
"Actualmente, los enfoques empresariales han destinado una mayor atención a la tecnología del conocimiento como factor de producción" Barceló, M. (2001). Hacia una economía del conocimiento. Madrid, España: ESIC– Pricewaterhouse-Coopers.
Es fundamental que las empresas tengan un sólido desarrollo en
sus diferentes niveles y áreas para atender esfuerzos internos que fortalezcan
sus competencias y generen una cultura de aprendizaje, que les permitirá
responder competitivamente a los retos del entorno. La Organización Inteligente
busca asegurar constantemente que todos los miembros de la organización estén
aprendiendo y poniendo en práctica todo el potencial de sus capacidades. Esto
es, la capacidad de comprender la complejidad, de adquirir compromisos, de
asumir su responsabilidad, de buscar el continuo auto-crecimiento, de crear
sinergias a través de trabajo en equipo.
El
pensamiento sistémico abarca una amplia y heterogénea variedad de métodos,
herramientas y principios, todos orientados a examinar la interrelación de
fuerzas que forman parte de un proceso común. Hay una forma del pensamiento
sistémico que se ha vuelto sumamente valiosa como idioma para describir el
logro de un cambio fructífero en las organizaciones.
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